Mientras miles de peruanos pasan hambre, el Congreso de la República busca asegurar un servicio alimentario, valorizado en S/1,6 millones, para los próximos 16 meses de legislatura que les queda. Ello comprende desayunos, almuerzos, cenas y hasta bocaditos especiales durante sesiones del Pleno.
Una investigación del programa Cuarto Poder ha revelado un nuevo proceso de licitación para contratar un exclusivo servicio de alimentación con más carne, jugos frescos y café caliente para los congresistas que legislan en favor del crimen organizado y de espaldas a la ciudadanía.
La costosa alimentación para los 130 congresistas durante las sesiones plenarias, reuniones de comisiones y juntas de portavoces se debe a los nuevos requerimientos del Congreso. Más filete de res, de pollo y de pescado (de 120 pasa a 130 gramos). Tampoco fueron suficientes los 180 gramos de chuleta de cerdo que pasa a los 200 gramos.
A diferencia del contrato anterior de S/2 millones por 36 meses, este nuevo requerimiento ha incluido un “servicio de alimentación complementaria/extraordinaria en sesiones vespertinas” con variedad de ensaladas de fruta (fresas, arándanos, melón, uvas, sandía), bocaditos (alfajores, brownies, cocaditas, trufas, etc) y 18 tipos de sándwiches (de asado, de pollo, de jamón inglés, de pavo, de tocino, etc.).
En numero de personal también aumentará en el exclusivo comedor del Congreso, pagado con los impuestos de todos los peruanos. De 10 pasará a 15 trabajadores para la atención, de dos ayudantes de cocina subirá a cuatro y la cantidad de mozos pasará de dos a cinco.
Para el analista político, Iván García, el Congreso vuelve a dar una muestra de insensibilidad y total desconexión con la realidad al no tener un gesto a austeridad respecto de la situación en la que se encuentran de millones de peruanos. “Este servicio alimentario es tremendamente más costos que el anterior”, cuestionó.
En tanto, el congresista Wilson Soto trató de justificar el millonario buffet: “No es que los congresistas lo hayan pedido”.
