Luego de 30 años de espera, se inició la recuperación de los restos de 10 comuneros del anexo de Paccha, en Huancayo, desaparecidos en 1992, presuntamente a manos de ronderos de la zona.
El caso se encuentra a cargo del Fiscal Penal Supraprovincial Transitoria Especializada en Derechos Humanos, Interculturalidad y Delitos de Terrorismo, del Distrito Fiscal de Junín, Oliver Felices Prado, quien programó el inicio de las exhumaciones el pasado lunes 14 de noviembre en el paraje de Pachachime del anexo de Siusa en el distrito de Ingenio de la provincia de Huancayo.
Esta diligencia cumplió ayer su quinto día, donde los peritos extrajeron algunos restos, entre cráneo, costillas y huesos de extremidades.
Prendiendo velas, masticando coca, realizando pagapú y con la esperanza de encontrar sus restos para darle cristiana sepultura, los familiares llegaron hasta el anexo de Siusa para acompañar las diligencias, sin embargo, no saber las circunstancias de los hechos aun enlútese sus corazones, que siguen el proceso desde 1997, pero ya desde el 2005 formalizado en la carpeta fiscal N°547 contra los ronderos de las Comunidades de Huahuanca, Ranga y personal militar de la 31ava Brigada de Infantería del Ejercito Peruano.
MANIFESTACIÓN FUENTE CLAVE DE LOS HECHOS
Infoandes.pe pudo acceder a una de las manifestaciones claves de la investigación de los 10 desaparecidos. Se trata del señor A. S. V. P., quien el 24 de octubre del 2006, se presentó al despacho del Fiscal Provincial Titular de la Tercera Fiscalía Provincial de Huancayo, Juan Pacheco Callupe, a quien le detalló cómo sucedió la desaparición y donde estarían los cuerpos de los comuneros de Paccha.
“Los desaparecidos fueron sacados de sus casas del anexo de Paccha por los ronderos del Comité de Auto Defensa (…) y que al ser detenidos, Lirio Loroña Papuyco, dispuso que las 10 personas sean entregadas al presidente de los ronderos de Siusa, a fin de desaparecerlos o ejecutarlos extrajudicialmente, pese a la oposición de los comuneros de Quiacata (…) pero luego golpearon a los comuneros sin escuchar sus súplicas que decían ”, narró A. S.
Al ser consultado por el fiscal sobre si tiene conocimiento exacto del lugar donde están enterrados los comuneros de Paccha, el testigo indicó que posiblemente se encuentran en un lugar denominado Pachashimi (Hueco profundo) a 200 metros abajo de aproximadamente del cementerio de Siusa.
LAS 10 VICTIMAS
Ángel Zanabría Ubaldo
Con la voz quebrada, Carolina Ubaldo Lazo, de 70 años, espera encontrar los restos de su hijo, Ángel Zanabría Ubaldo, quien desapareció en el anexo de Siutucancha junto a los 10 comuneros y vestía un pantalón gris, polo blanco, llevaba botas de jebe y una chompa verde, que fue hallada con sangre.
“Quiero rescatar los restos de mi hijo para yo también descansar en paz y acabemos con este dolor tan grande”, anhela Carolina.
Cesar Sánchez Castro y José Núñez Hualpa
Elizabeth Sánchez Castro recuerda que su hermano César y su esposo José Núñez Hualpa fueron a visitar a su abuela, sin embargo, por la noche fueron retenidos por los presuntos ronderos y sacados de la haciendo de Suitucancha. “Mi hermano se recuerda cómo el señor Cantorin sacó a mi esposo y a mi otro hermano, pese que le decía < tío no te lleves, son mis familiares>, pero se los llevó sacándolos por la ventana (…), ahora encontrando sus restos podremos prenderle velas, celebrar sus cumpleaños, porque ha pasado 30 años y mis hijos han crecido sin su padre”, narró Elisabeth Sánchez.
Hermilio Barja Ríos
Los hermanos Barja Ríos, continúan con la búsqueda de su hermano mayor, Hermilio Barja, quien fue sacado de su vivienda cuando iba a cenar, los últimos recuerdos de él, es que vestía un pantalón jean, polo, y una casaca con el que había estado en el cuartel años posteriores.
“Mi papá caminaba buscando, sufrían en buscar porque siempre le desviaban para encontrar a su hijo (…), mi padre ha fallecido y se fue sin encontrar a su hijo y ahora solo tenemos a nuestra madre que está mal y tenemos la esperanza de encontrar a mi hermano”, lamentó Jorge Barja Ríos.
Gumercindo Ubaldo Zanabria
Con algunos recuerdos, pero con la esperanza de encontrar los restos de su hermano, Miriam Ubaldo Zanabria narró como ese 27 de febrero de 1992 marcó a su familia. “El señor Cantorin le cortó los dedos a su esposa después de una discusión, y su esposa como venganza advirtió a los pobladores que el señor iba a desaparecer a 10 comuneros y eso pasó después de unos días, entre ellos desaparecieron mi hermano, yo avisaba, pero nadie me hacía caso”, señaló.
José Núñez Hualpa
Pese a su edad y con los ojos llorosos Ramón Núñez padre de José Muñoz Hualpa continúa buscando los restos de su hijo. “Él fue a visitar a los familiares de su esposa y ahí lo agarraron, yo estaba yendo a cobrar una cuenta que teníamos y vuelvo y me entero que lo habían desaparecido (…) quiero encontrar los restos de mi hijo”, señaló Ramón Núñez.
Más diligencias
Este último viernes se cumplió la primera etapa de las diligencias para el posible hallazgo de restos que pertenecerían a los 10 comuneros. El fiscal Oliver Felices, continuará con las diligencias hasta terminar de hallar e identificar todos los restos.
En esta labor también participa la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas (DGBPD) a cargo de la psicóloga, Carol Baca Valencia, quien brinda el acompañamiento psicosocial y apoyo material y logístico a los familiares de personas desaparecidas en el marco de la ley N° 30470
Hasta la fecha, el informe N° 101-01 de la Comisión Internación de Derechos Humanos señala que existe 25 pedidos para las investigaciones sobre 119 víctimas de ejecuciones y desapariciones forzadas durante la violencia política que aterrizó al Perú entre los años 1980 hasta el 2000.
