El proyecto de más de 5 millones que ejecuta la gestión de Zósimo Cárdenas en el marco del Bicentenario de la Batalla de Junín, que reunirá a las principales autoridades y funcionarios de Latinoamérica, apenas tiene un avance del 2% y una serie de observaciones, lo que desnaturaliza el objetivo de promocionar las Pampas de Junín con servicios turísticos adecuados el próximo 6 de agosto, según revela la Contraloría General de la República.
Se trata de la obra “Mejoramiento de los servicios turísticos públicos en el Santuario Histórico de Chacamarca en el Bicentenario de la Batalla de Junín” que comprende la implementación de esculturas conmemorativas que representarán la batalla y la conmemoración de los héroes que participaron en ella, la ampliación de la pista de desfile y la construcción de un portal denominado “Arco del triunfo”.
Las esculturas de fibra de vidrio (tres Húsares de Junín, dos montoneros, dos rabonas y de Andrés Razuri) deberán ubicarse en el ingreso del Santuario Histórico. Y las otras ocho de alabastro cultivado (Simón Bolivar, Húsares de Junín, Andrés Razuri, Isidro Suaréz, dos montoneros y dos rabonas) al costado del obelisco.
La obra valorizada en su primera etapa, en S/5 millones 686,801.92, y con un plazo de ejecución de 90 días, debió culminarse el próximo 19 de agosto, sin embargo, una paralización de 15 días retrasó su culminación para el 3 de setiembre, es decir terminará después de todas actividades programadas por el Bicentenario en las Pampas de Junín y el Santuario Histórico de Chacamarca.
Según el programa de actividades del Gobierno Regional de Junín, el 3 de agosto se inicia con la maratón de 21 kilómetros, el 4 con el desfile cívico y el día central, donde llegarán embajadores y personalidades de Latinoamérica, está previsto la escenificación del la Batalla de Junín y el desfile cívico militar.
Obra no se ajusta a Directiva Nº 017-2023
La Contraloría advierte que la obra no se adecúa a la nueva “Directiva para la ejecución de obras por administración directa – Directiva Nº 017-2023” que exige el contrato obligatorio de profesionales: supervisor, residente, asistente, administrador, ingeniero de Seguridad, Salud Ocupacional y Medio Ambiente, ingeniero de Calidad y un almacenero. A la fecha no contrataron un ingeniero de Calidad ni un administrador. Mientras, que el profesional de seguridad no fue hallado en la obra.
El proyecto no cuenta con un plan de abastecimiento de obra para la provisión de bienes, servicios y personal durante su ejecución, que debe ser elaborado por el residente y validado por el supervisor. Tampoco implementaron el cuaderno de obra digital que debe aperturarse al inicio de los trabajos, pese que en la zona se registra señal de internet, lo que evidencia la falta de transparencia y control en la obra.
Asimismo, la Contraloría evidenció que la primera valorización, al 1.01% de avance, no detalló los metrados ejecutados en la excavación de terreno, demolición de cunetas, de veredas y sardinel de concreto, trazo, niveles y replanteo, y limpieza, pese a ello fue aprobado por el supervisor de la obra para el pago respectivo.
Al 24 de junio, a más de un mes de iniciada la obra, se observó la falta de implementación de un almacén para el control de ingreso y salida de materiales. En la verificación de los bienes que maneja el personal de almacén se reportó la faltante de herramientas: rastrillos, picos, azadón, pala tipo cuchara, combos y barretas. También de equipos de protección: cascos, chalecos, zapatos de seguridad, mamelucos, entre otros.
