Luego de que la presidenta Dina Boluarte asegurara que la Policía Nacional del Perú no usa el tipo de municiones que acabó con la vida de más de 40 peruanos durante las protestas contra el gobierno, los “Ponchos Rojos” de Bolivia, organización acusada de trasladar balas “dum dum” a nuestro territorio, se pronunciaron.
En el mensaje a la nación que Boluarte dio ayer en la noche pidiendo diculpas sin aceptar responsabilidades, declaró: “ese tipo de municiones no usan nuestra policía nacional, ni nuestras fuerzas armadas”, haciendo alusión a lo denunciado por el congresista de renovación popular Jorge Montoya, que los “Ponchos Rojos” fueron sorprendidos pasando munición a Perú para fomentar la convulsión social.
Al respecto, los también denominados “Milicia Aymara”, un grupo indígena boliviano que apoya las propuestas políticas del expresidente Evo Morales y busca la reivindicación de su cultura originaria, se pronunciaron hoy mediante un video difundido por redes sociales negando las acusaciones del parlamentario peruano.
“Hemos visto a un congresista del hermano país del Perú declarar muy suelto de cuerpo que los ponchos rojos llevaron municiones para generar violencia, caos y zozobra en el vecino país del Perú”, señaló un representante de la provincia Omasuyos, antes de rechazar también la declaraciones de un diputado boliviano, Ewin Bazán, que fue el primero en acusarlos del traslado de las municiones.
“Gente del MAS (Movimiento al Socialismo), llamados los Ponchos Rojos, han sido descubiertos pasando la frontera con munición debajo de su ropa, munición tipo dum dum que ha sido empleada en las asonadas de violencia que ha habido en Puno y Juliaca”, sostuvo Montoya. Bazan precisó que se trataba de 126 mil balas las que supuestamente susuministró el colectivo indígena.
Municiones prohibidas
Recientemente el médico Enrique Sotomayor, jefe del Departamento de Emergencias del Hospital Carlos Jorge Medrano de Juliaca, declaró a la prensa que al menos nueve de los ciudadanos que fallecieron en su sector fueron impactados por balas que parecían ser de estilo “dum dum”, avivando los cuestionamientos sobre la procedencia de este tipo de municiones prohibidas a nivel mundial.
“Los pacientes llegan con los órganos destrozados, con daños múltiples, como si fueran unas balas dum dum explosivas”, contó el galeno contrariando a otros especialistas que han descartado que los proyectiles causantes de los decesos sean los también conocidos como “de punta hueca”.
Mientras continúa la controversia respecto a las municiones, el origen de los asesinatos reportados desde diciembre pasado permanece en investigación, al igual que la muerte de Inti Sotelo y Bryan Pintado en las protestas ocurridas durante el Gobierno de Manuel Merino, que también fueron atribuidas a terceros. Dos años sin hallar responsables.
El “pueblo” llega a Lima
Hasta el momento, la ola de violencia social que vive el país ha dejado como saldo más de 48 muertos y decenas de heridos, la mayoría por impacto de balas cuyo origen los protestantes atribuye a las fuerzas policiales y el gobierno a organizaciones terroristas o a grupos asociados a la izquierda confrontacional como los “ponchos rojos”.
Mientras el oficialismo si niega reconocer que dentro de todo, existen disconformidades legítimas del Perú profundo y se enfoca en hallar vestigios terroristas y políticos para deslegitimizar las protestas, los manifestantes provincianos siguen llegando la capital para participar de la “Marcha de los 4 suyos”, dispuestos a enfrentarse con una cómoda Lima y enervando sus ánimos con la “actitud muy pasiva”, que según autoridades policiales, que proyectan las fuerzas del orden.
