La mañana del último lunes, en un terreno de cultivo ubicado a tres cuadras del estadio local, vecinos del anexo de Aza, hallaron el cadáver de un varón semidesnudo cuando era rodeado por al menos 7 perros que ya habían devorado parte de su pierna izquierda y entrepierna, dejando músculos y huesos expuestos.
Al principio se creía que el cuerpo era de un poblador que había participado del campeonato de un día anterior y se había emborrachado quedando a merced de los canes, sin embargo, mientras efectivos de Criminalística realizaban las diligencias, llegó a la zona la madre putativa del fallecido que lo reconoció en primera instancia.
A pesar de que los primos de la víctima dudaron de su identidad dado que no reconocían sus zapatillas, las pruebas dactilares posteriormente confirmaron que se trataba de Juan Aurelio Orosco Ramos de 32 años, quien, según referencia de los familiares, era soltero, vivía en Ocopilla y trabajaba esporádicamente como electricista, pintor, y taxista, y no se había comunicado desde las 10:00 pm de un día anterior.
Tras la necropsia se reveló que Orosco Ramos tenía el cráneo fracturado producto de un golpe con un objeto contundente que podría ser una piedra o fierro que evidenciaba el ataque de terceras personas. Esto, sumado a la declaración de la familia de que la víctima había acudido a la discoteca Kimbara, hacen sospechar a la policía de que se trataría de un asesinato.
A la intersección del Jr. Los Claveles y el Pje. La Unión, lugar del hallazgo, llegaron vecinos denunciando que no sería la primera vez que una situación similar ocurría en su anexo, debido a que es una zona desolada con escaso alumbrado público. Añadieron que los perros pertenecen a la dueña de una chacra aledaña que no les brinda la atención adecuada, motivo por el cual actúan agresivamente atentando contra la integridad de sus menores hijos.
Los familiares de Juan Orosco pidieron que se continúen las investigaciones para hallar a quienes estuvieron con la víctima antes de su desaparición y dar con los responsables de presunto asesinato. Por su parte los lugareños pidieron mayor patrullaje de serenazgo y más postes de alumbrado público, ya que en lo que va del año el taxista de 32 años es la segunda persona sin vida que se encuentra en la zona.
