La explotación minera de mercurio por más de 400 años en la mina Santa Barbara, en Huancavelica, ha dejado una grave contaminación histórica que expone a miles de personas a metales pesados.
En diciembre del 2023, el Poder Judicial ha ordenado al Estado peruano declarar en emergencia ambiental a la ciudad de Huancavelica y la comunidad de Sacsamarca por la alta concentración de metales pesados, como mercurio, arsénico y plomo, que afectan la salud de las personas y el medio ambiente.
Infoandes ha llegado a una de las zonas críticas de la contaminación, a Sacsamarca, una comunidad campesina olvidada por sus autoridades y congelada en el tiempo, pese a ubicarse a 10 minutos en carro desde la ciudad de Huancavelica por una carretera de tierra. Y a doce horas de viaje desde Lima.
La comunidad de aproximadamente 40 familias está al pie de un paisaje de montañas y soledades. Su atractivo son las casas de piedra y de adobe, pero contienen mercurio y otros metales pesados, debido que fueron construidos con materiales contaminados que ha dejado la explotación de la mina Santa Bárbara, ubicado a 4 kilómetros de Sacsamarca.
José Riveros, natural de Sacsmarca, explica que para la construcción de una vivienda en Sacsamarca se ha utilizado el desmonte que ha quedado de la explotación minera (mina Santa Bárbara), de la quema del cinabrio y las personas que habitan a diario están expuestas a esos metales.
El también guía de turismo de 35 años, recuerda que cuando realizaron la investigación encontraron alta concentración de minerales. “Directamente estamos expuestos, por eso se sugirió que se haga un revestimiento (de las casas) para que pueda cubrir, proteger de la emisión (gases de mercurio) que se tiene hasta la actualidad”, dice mientras muestra las paredes de una vivienda construído de tapial.
Según los resultados de las investigaciones del Consejo de Salud Ambiental, las paredes y los pisos de las casas donde viven hasta dos familias, emiten vapores tóxicos que pone en riesgo, sobre todo a las niñas, a los niños y a las mujeres, que son los más vulnerables a la exposición de estos metales.
– Nuestros pisos son de tierra, todos vivimos de esta manera – dice Carmen Ccasani, madre de tres menores, en la sala de su vivienda construida a base de piedras –. Aquí hay mucha contaminación de minerales, lamentablemente nuestro niños se exponen a tanta contaminación.
A unos metros, en las faldas del cerro, hay una vivienda de piedra y tierra. “Hace tiempo vino un ingeniero que nos dijo mucho cuidado con sus casas, con la tierra, porque hay contaminación”, recuerda Albina Riveros, una mujer lúcida de 84 años, pero que poco a poco va perdiendo la visión.
Algunos pobladores que fueron alertados de esta contaminación en años pasados, gracias a los estudios del Organismo de Evaluación y Fiscalización ambiental (OEFA) y del mismo Consejo de Salud Ambiental, lograron proteger las paredes de sus viviendas con yeso, pero el piso sigue siendo un espacio contaminado por la falta de dinero.
“He tratado de arreglar mi pequeña cocinita, he tratado de pasar con yeso la pared, pero el piso sigue de tierra”, comenta Margarita Escobar, quién se enteró de la contaminación debido a un análisis de sangre que le hicieron hace unos años atrás.
– Margarita de 54 años, que se dedica al pastoreo de sus animales, comparte su vivienda con su esposa de su hijo y sus dos nietos.
A la exposición permanente al mercurio se suma la indiferencia de sus autoridades que lo último que hacen es esforzarse un poquito para mejorarles la calidad de vida a una población que carece de los servicios básicos.
A unos metros del puente colonial, donde todo visitante busca su mejor postal, las mujeres lavan ropa mientras sus hijos juegan a la orilla de un río, debido al precario sistema de agua que tienen.
El acceso a saneamiento básico es un derecho negado para las familias de Sacsamarca, sobre todo para los niños y niñas que constantemente padecen enfermedades diarréicas, resfríos, anemia y malnutrición.
La enfermera del puesto de salud de Sacsmarca, Pris Pérez, se queja del abandono de la comunidad, pese a ubicarse solo a unos minutos de la ciudad de Huancavelica. “La poquita población que tenemos está olvidada y congelada en el tiempo. No hay ningún avance, todo sigue igual, lo único que ha llegado es la eletricidad”, dice indignada y reclama los servicios básicos para la comunidad, donde trabaja hace tres años.
“Nuestros sistemas de agua están colapsadas. Las personas orinan en el campo, los niños juegan a campo abierto porque la poblacion se dedica a criar sus animalitos. Si un niño sin lavarse la manito lleva el alimento a la boca, ¿qué va suceder con ese niño?, va tener diarrera”, reclama la enfermera que atiende a dos niños con anemia y desnutrición de los 17 menores que registra el establecimiento de salud.
Carmen que lava su ropa en el río, también reclama el agua y desague. “Tenemos que ir a campo abierto a orinar, eso a veces causa enfermedades (infección, anemia) en nuestros niños”, cuenta al recordar que hace cinco años las autoridades de Huancavelica (alcaldes) les prometen y prometen.
Dice que aunque son pocos habitantes necesitan de los servicios básicos. Y ahora que existe un sentencia judicial solo pide el agua y desague. “La prioridad sería eso”.
El último 19 de enero, el pueblo que cumplió 93 años de ser reconocida como comunidad campesina parece haberse quedado suspendida en el tiempo.
Vidal Riveros Villa dejó su natal Sacsamarca hace aproximadamente 40 años, en tiempos de la guerra entre Sendero Luminoso y el Ejército Peruano. “Fui autoridad en dos periodos y cuando mataron a algunas autoridades me retiro a Huancayo”, recuerda tras su visita por el aniversario.
“Mi pueblo no ha progresado nada, no tiene servicios básicos. Otros pueblos que están lejos de Huancavelica tienen todo saneado, pero mi pueblo, olvidado. Indigna que nos mientan, nos engañen, toda una vida estamos en esa situación, no hay avance”, se queja Vidal con una voz cansada, mientras regresa caminando a Huancavelica.
Y ante las promesas incumplidas de sus autoridades que se repite siempre, la población ha perdido la esperanza de vivir en una comunidad con calidad de vida.
– En Sacsamarca todo está abandonado, no tiene nada, dice Claudia mientras mastica sus hoja de coca –. Solo tiene luz, desague no tenemos, total dejado está, dichos, dichos. Ya no creo nada cuando me dicen que esto esto vamos hacer, todo es mentira.
Hasta este pueblo contaminado de metales ha llegado el expresidente Ollanta Humala en el 2013 a inaugurar el Tambo de Sacsamarca, una plataforma de servicios del Estado del Programa Nacional PAIS, pero nada a cambiado.
Ahora, la sentencia judicial, también ha ordenado al Gobierno Regional y a la Municipalidad Provincial de Huancavelica implementar medidas ambientales a favor de la población expuesta a los metales con la mejora de las vías públicas.
El gobierno nacional, regional y local que debe representar a las pocas familias que viven en las casas contaminadas de mercurio tiene en sus manos el futuro de Sacsamarca, pero hasta ahora no se ha pronunciado.