Por: Pedro Ricce
La sra Boluarte no tiene partido político, fue expulsada del suyo, no tiene congresistas, no tiene programa político, no tiene ideología, no representa a quienes la eligieron, incluso intentando enterrar la identidad política con la que llegó al poder, ha eliminado su cuenta en Twitter (donde criticaba sistemáticamente a la derecha bruta y achorada).
a)Está concentrando el poder por la fuerza y la violencia, atrincherándose en medio de un grupo de neofascistas y corruptos, cuyos tentáculos se encuentran en Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País, quienes la animan a cometer y justifican las violaciones de los derechos humanos. Está atentando contra el estado de derecho.
b)Se calcula que habría entregado a la prensa oligopólica, de por si una de las peores del mundo, 1 800 millones de soles apenas al asumir el poder; por eso le agradece descaradamente por decir la “verdad”, esa verdad digitada en la casa de Pizarro, sobre las masacres (más de 60 asesinatos y más de 1 000 heridos), terruqueando y condicionando la permanencia en el canal del estado a periodistas que osan decir la verdad. Está controlando, censurando y manipulando económicamente la libertad de expresión, al puro estilo fujimontesinista.
c)Está reduciendo a las Fuerzas Armadas en un aparato de violación de los derechos humanos, comprando sus conciencias con discursos demagógicos (policía inmaculada) y lo peor con dinero; como si los bonos los protegerán de los crímenes que están cometiendo. Pobres policías con 1 año y medio de formación, son arrojados a golpear, disparar, acribillar a sus paisanos y mentir, desvelando su analfabetismo y brutalidad institucional, en lugar de reformarla por el bien del país está usando sus deficiencias. Está convirtiendo a la Policía Nacional del Perú en una policía política.
d)Está preocupada en generar confianza en los actores económicos, traducido: los oligopolios; quienes esperan la renovación de los contratos ley y la activación de 51 explotaciones mineras en cabecera de cuencas de agua dulce, donde los primeros afectados serán las comunidades nativas. Según su visión (los actores económicos) han hecho del Perú el líder en macro economía, pero olvida que más del 70% de la población económicamente activa es informal, y las tasas de pobreza extrema de donde provienen los cientos de manifestantes superan el 80% y 90%. Hay una sumisión evidente ante una élite económica.
e)Está convirtiendo al Ministerio de Relaciones Exteriores en una agencia de patrañas ante el mundo, al puro estilo de Goebbels, ministro de propaganda nazi de Hitler: “miente, miente, que algo queda”. Es patético como está reduciendo a diplomáticos de carrera en una sarta de mentirosos, obligándolos a comunicar que “en el Perú no hay represión, sino un compromiso con el diálogo”. Provocando el desprecio y la condena de parte de gobiernos vecinos y aliados. Ahora sí el Perú es una vergüenza y una lástima ante el mundo.
f)Coordinadamente con sus aliados, antes enemigos, ha iniciado desde el Congreso y el Ministerio Público, una persecución a políticos (Sigrid Bazan), opositores y manifestantes (capturándolos, humillándolos y encarcelándolos sin orden judicial), acusándolos de terroristas, financistas de terroristas; por hacer apología del terrorismo, del odio, etc., para luego de infundirles amenaza-terror y liberarlos. Esto ha provocado una explosión de manifestaciones, marchas, paros, huelgas, bloqueos de carreteras en todo el territorio peruano. Boluarte está pisoteando las libertades individuales y la garantía de las mismas.
g)Ha desaparecido la separación entre el Poder Ejecutivo y Legislativo, pareciera que las órdenes para disparar provienen del Congreso; mientras el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional permanecen mudos, la Fiscalía abre investigaciones repletos de vicios procesales como previendo el fracaso de los mismos.
Para la mayoría – casi absoluta – de los ciudadanos del sur, el régimen de Boluarte es abominable, para más del 70% de la población peruana debe renunciar.
Este régimen reúne todas las características comunes a las dictaduras, es una realidad nefasta para la democracia.