Israel fue fundado por el terrorismo sionista, desde entonces es gobernado por esos radicales extremistas, blancos supremacistas, racistas, colonialistas y actualmente genocidas; que poco o nada de diferencia tienen con el fascismo y el nazismo.
Los sionistas no tienen ningún respeto por el Derecho Internacional, desde 1947 la ONU ha emitido en total 19 Resoluciones, exigiendo la creación de dos estados: uno palestino y otro judío; prohibiendo la colonización de tierras palestinas; condenando la destrucción de casas palestinas, las masacres de civiles, mujeres y niños, el encarcelamiento de miles de políticos y menores de edad; condenando la construcción de la cárcel más grande, es decir la Franja de Gaza, donde viven más de 2 millones de personas, incluso hace dos días la ONU pide tregua humanitaria.
A los sionistas no les importa la humanidad, desde el 7 de octubre, ya asesinaron a más de 8 500 personas, de los cuales más de 4 000 son niños, 110 médicos, 11 funcionarios de la ONU, y ya hay más de 20 000 heridos; sin agua, electricidad, combustible; miles de casas destruidas, 12 hospitales bombardeados, más de 2 000 personas desaparecidas bajo los escombros de los edificios luego de los ataques aéreos, de las cuales más de 1 000 son menores de edad; una población encerrada sin poder escapar. Los israelís asesinados por los terroristas de Hamas no llegan ni siquiera al 6% de todos los palestinos asesinados, más de 1 millón de desplazados. En apenas 20 días, ni los nazis asesinaron tantas personas como los sionistas. Ni el terrorismo en el Perú. El sionismo está llevando a cabo una limpieza étnica. Gaza es el nuevo Auschwitz.
Los judíos sionistas en el poder, más del 90% son blancos, en su mayoría originarios de Europa y EEUU, sin embargo, descaradamente aducen ser semitas, para acusar de antisemitas a quienes evidencian sus crímenes. Estos utilizan desde hace 60 años el poder económico del AIPAC (American Israel Public Affairs Committee), un grupo de más de 100 000 multimillonarios judíos estadounidenses, dueños de gran parte de la industria armamentística norteamericana, que hacen un lobby descarado en el Congreso de los EEUU y la Casa Blanca, para mantener una relación de dependencia político-militar entre EEUU e Israel.
El sionismo ha llevado al ejército israelí a ocupar el puesto 18 entre los más poderosos del mundo, cuyo presupuesto anual es de 20 mil millones de dólares; solo el 2021 Israel ha comprado armas a EEUU por 288 millones de dólares, a la India por 34,3 millones de dólares, a Italia por 6, 300 millones de dólares, a República Checa por 5,62 millones de dólares y a Corea del Sur por 5,33 millones de dólares; y a su vez ha vendido a EEUU por 176 000 millones de dólares, a la India por 86,6 millones de dólares, a Filipinas por 85 millones de dólares, a Tailandia por 25,7 millones de dólares y a Corea del Sur por 14,3 millones de dólares. Entre el 2018 y 2022 Israel fue el décimo país exportador de armas del mundo.
Varios países de América Latina, no son una excepción, el régimen sionista israelí vende armas a Colombia, Ecuador, Brasil y también Perú. Este mes el régimen de Boluarte-Otárola está comprando 10 000 fusiles de asalto IWI ARAD 7 de 7,62 x 51 mm a Israel, en pleno genocidio contra el pueblo palestino. Desde el año 2009 militares israelís entrenan a las fuerzas de élite peruanas y patrullas contra el terrorismo, con métodos y doctrinas similares a las nazis: terruqueo, uso de armas de guerra, tortura, racismo, humillación y vejámenes; sólo el 2009 el estado peruano pagó 9 millones de dólares por dicho entrenamiento; al inicio del genocidio contra los palestinos desde el Perú partieron 250 reservistas israelís.
Los sionistas desarrollan una poderosa “diplomacia militar” en el mundo, a pesar de ello Pedro Castillo durante su último discurso ante la Asamblea General de la ONU, había prometido crear una representación diplomática peruana ante la Autoridad Nacional Palestina, los oficiales peruano-judíos, por entonces expresaron su desprecio, y luego durante las manifestantes contra el régimen Boluarte-Otárola, no escatimaron en usar fusiles Galil IMI (Industrias Militares Israelíes), para reprimirlos, provocando 108 civiles heridos con armas de fuego y de esos el 60% presentaban lesiones en la parte superior del cuerpo como el rostro, el pecho y la espalda, el 39% quedaron con “secuelas físicas permanentes”, luego de que los proyectiles alcanzaran órganos vitales y 50 muertos con armas de fuego (paradójicamente o intencionalmente todos nativos quechuas, aimaras y ashaninkas), múltiples vejámenes, torturas, racismo, humillaciones, como señala el Informe de la ONU de octubre 2023.
El sionismo que gobierne Israel, ha tejido estrechas pero macabras relaciones con empresarios y políticos de las extremas derechas, con las congregaciones católicas más radicales y las sectas religiosas neo-judías y pseudo-protestantes, en el mundo entero; con quienes comparten fanatismo religioso y desprecio por los Derechos Humanos. El Perú no es la excepción.
El occidente está actuando con total hipocresía y cinismo absoluto; EEUU, Europa, OTAN, etc., condenan y sancionan a cualquier estado que no se adecua con sus políticas económicas; mientras Israel se burla de las Resoluciones de la ONU, prohíbe el ingreso de sus funcionarios, declara persona no grata al Secretario General de las Naciones Unidas, y se victimiza y comete genocidio impunemente.
Mientras exista la ocupación ilegal de Palestina y el pueblo palestino sumergido en la miseria, el terrorismo de Hamas tendrá una justificación para existir, Hamas es la evidencia que cuando un hombre es sometido a la violencia reacciona con violencia; pero el sionismo, que ha implantado un terrorismo de estado en Israel, es un peligro para el mundo entero, incluso peor que el nazismo, es momento de usar el derecho internacional con todas sus fuerzas y herramientas: diplomáticas, económicas, militares y culturales, para detener el genocidio en la Franja de Gaza, o corremos todos el riesgo de que, cualquier potencia en cualquier lugar del mundo se burle de los derechos humanos y cometa genocidio.