Por:
Angie Noelia Quinto Saez (*)
Jorge Jaime Valdez llega puntual a sus clases de fotografía. De inmediato, descubre sus materiales y cámaras ante sus alumnos para explicar el tema. Aunque la mayoría de personas tiende a juzgar mal las muletillas, las de él nadie las cuestiona: “¿Se entiende?”, dice cada tanto para que sus alumnos den la conformidad de lo aprendido. ¿Se entiende?
Comunicador social, docente y fotógrafo. Es lo que le ha permitido dejar partes de él en revistas como WhyNot y Polirritmos, y realizar exposiciones fotográficas como ‘Colorandes’, ‘Los rostros del Perú’ y ‘Sur Wanca’.
Desde niño, se deslumbraba con todo lo que ocurría en Salcabamba, un pueblito campesino de Huancavelica que no conocía la televisión, los periódicos o el cine, aunque sí la radio a pilas. A sus 7 años, cuando sus papás lo trajeron junto a su hermana a Huancayo, fue por primera vez al cine Mantaro. Lo asombró el monstruoso tamaño de la pantalla, marcando para siempre su vocación audiovisual.
Para algunos es un “pata” recontra pesimista, que ve todo de una forma oscura. Para muchos, es en realidad alguien más realista. Se le percibe también como alguien tranquilo, disciplinado, respetuoso, puntual y maniático del orden. Testigos son su colección de libros y revistas muy “ordenaditos”. Casi siempre habla efusivamente mientras mueve las manos que dibujan sus palabras. Es tanto el orden que es fácil saber dónde está cada cosa y es tan difícil que salga sin haber hecho su cama por las mañanas.
Al mirarlo detenidamente se puede percibir la melancolía en sus ojos, ya sea por las cosas que vio a lo largo de su vida o por lo que le ha tocado vivir. Esta experiencia deja su estela en las fotografías que consigue, porque reflejan el alma del fotógrafo. “Lo que tú haces en una foto es lo que eres”, sentencia Jorge al hablar de su arte, lo que corrobora los libros que leyó, las películas que vio, las cosas que escuchó, sus sentimientos, experiencias y vivencias. “Mientras más conocimiento tengas, mejores referencias conseguirás, ya que las cosas que hacemos, transparentan ese océano que llevamos ¿se entiende?”.
Es abrumador condensar todo lo que somos en una pieza de arte, y en una foto es mucho más complicado. Leer una foto es como leer a una persona y Jorge sabe esto de memoria, pero ¿cómo lees a alguien que está acostumbrado a ser lector y no leído? Jorge condensa todo lo que es en sus palabras, años de aprendizaje hacen que lo diga con seguridad. Cuando tenía 22 y empezó a estudiar fotografía, el estilo documental ya tenía más de 100 años de vida.
En el Perú, Miguel Mejía empezaba a captar la riqueza documental y las fiestas tradicionales, fue uno de los primeros, incluso hace poco culminó su libro “Qoyllurit’i, los hijos de la montaña sagrada”, luego de años de trabajo. De la misma forma, Carina Escudero inició proyectos en temas sociales, culturales e identitarios, como el del huaylarsh, donde muestra diversas escenas de la festividad. Así como ellos, muchos fotógrafos dejan el alma en cada foto y Jorge no es la excepción.
Jorge hace y se dedica profesionalmente a este arte con financiamiento propio, pese a que no fue su interés principal, pues añoraba estudiar cine o ser cineasta, pero era bastante complejo y costoso entonces, por eso abrazó la fotografía, porque “el cine es fotografía en movimiento”. Cuando empezó a estudiar conoció a otros fotógrafos, y aprendió de ellos en clave analógica, saliendo a fiestas populares y patronales, como la huaconada o el auquish. Este puñado de vivencias ha hecho de que se fije en proyectos fotográficos culturales, como el querido huaylarsh, el tayta shanti y la tunantada, muestras de nuestra colorida cultura.
¿Por qué hace fotografía de estos temas? Jorge nos cuenta que le interesa la cultura y que no hay mayor expresión artística en nuestra zona que esas fiestas, además de que tienen una riqueza incomparable, fotográficamente son muy visuales y seducen nuestra atención con sus vivos colores. Todo este arduo trabajo anhela ser publicado en un fotolibro, publicación o exposición, que permitirá que el mundo conozca lo que se hace acá, en esta sierra que guarda magia, vida, colores y cultura.
¿Y qué hace que despegue su interés en este tipo de fotografía tan particular? Su interés está en lo que pasa en nuestra sociedad, y lo que más la refleja es la fotografía documental, la que encuentra el camino para mostrarnos cómo es la sociedad, la política, la realidad de nuestro país. Más para lograr capturar todo esto, el fotógrafo documental debe tener la virtud de hacerse invisible, como si no estuviera ahí y fuera parte del grupo, solo así se conciben mejores fotos, solo así la gente fluye cual río al no notar que las están fotografiando, solo así se captura a la gente en su estado más puro y natural. ¿Se entiende?
Si uno observa las fotos que hace Jorge puede encontrar muchas expresiones culturales que generan en nosotros tantos colores, más si uno ve la realidad de las cosas, el color que más brota dentro nuestro es el azul, por la nostalgia y tristeza de tener poco conocimiento, apreciación y respeto por lo que somos y lo que nos representa. En suma, toda la riqueza que tenemos en nuestra región existe, pero no se ve, pocos la conocen, sin embargo, gracias a los trabajos de Jorge Jaime, se pueden observar pedacitos de lo que somos.
(*) Producto del curso de Periodismo Interpretativo de Estudiantes del IV Semestre de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional del Centro del Perú.
