Por: Pedro Ricce
La población peruana se manifiesta en 18 regiones y pide la renuncia de la presidente, elecciones generales y asamblea constituyente; los miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), hacen llamados directos y duros a la Sra. Boluarte para detener la represión, incluso liberar a Castillo mientras ella se entornilla en la silla de Pizarro, aduciendo proteger la democracia. ¿Se puede asesinar a 52, dejar en unidad de cuidados intensivos a 37, herir a 721 personas y vejar a 192 inocentes en nombre de la democracia?
Dina Boluarte Zegarra, vicepresidente que asumió la presidencia luego de negociar con los partidos de la derecha bruta y achorada, meses antes fue expulsada de Perú Libre, no tiene bancada en el Congreso, traicionó sus promesas de campaña, más del 72% desaprueba su “gobierno” y a las primeras manifestaciones responde con balas. ¿Estamos aún en democracia?
Su gabinete ministerial está constituido íntegramente por personas pertenecientes a los partidos que perdieron las elecciones, y que tienen vínculos directos con los oligopolios y partidos neofascistas, aquellos que adujeron fraude, promovieron vacancias infundadas y acosaron todos los días al gobierno, que ahora repentinamente se han alineado a favor de las represiones sanguinarias. ¿Debemos aceptar en silencio este gabinete?
El premier Otárola se reúne casi todos los días con los representantes de las empresas multimillonarias de minería, gas, petróleo, etc. ¿Qué está negociando? ¿Por qué el secretismo? Él mismo viola la autonomía de la universidad pública, criminaliza y acusa de terroristas, violentista a quienes ejercen su derecho a la protesta, anuncia que la presidente no renunciará, como si ello dependiera de él. ¿Quién está gobernando realmente?
Dina Boluarte no fue elegida para gobernar con quienes se han dedicado a obstruir la democracia, con el solo fin de preservar sus intereses mafiosos y corruptos, menos aún para entregar el gobierno a quienes no fueron elegidos, no fue elegida para poner las fuerzas armadas al servicio de quienes desprecian el Perú profundo. ¿En una democracia es normal que gobiernen los perdedores?
Está gobernando sometida al placer y gusto de un Congreso lobbysta y desprestigiado (8% de aprobación) dedicado a modificar 52 artículos de la Constitución según el antojo y la necesidad de las empresas a quienes representan y archivando proyectos de ley de extrema urgencia para el desarrollo del país. ¿Puede una traidora quedar impune?
La traición política que está cometiendo la Sra Boluarte, es sin duda el acto más despreciable, execrable, ruin y vergonzoso que un ser humano puede cometer contra sus propios paisanos originarios, contra la voluntad de su pueblo quechua hablante, contra las fuerzas armadas (enviándolas acribillar a sus conciudadanos) y contra el Perú. Dina Boluarte no está gobernando, es simplemente un monigote, que está acumulando delitos penales y pronto será abandonada a su suerte.
