Por: Pedro Ricce
Dina Boluarte se pregunta: ¿Por qué esta reacción tan dura y tan terrible? Balbuceando: “son machistas”, luego violentistas, terroristas, están siendo engañados por los azuzadores, es Evo Morales el causante, etc. La suposición más fácil: “terroristas”. Pero, ¿es correcta esa afirmación o esconde otra realidad?
¿Qué es el terrorismo? Ni la ONU en más de 60 años ha logrado definirlo, no existe ni una sola convención contra el terrorismo. Hay más de 100 distintas definiciones de terrorismo.
La Asamblea General de las Naciones Unidas en sus pronunciamientos sobre el terrorismo se guía de esta aproximación: “Actos delictivos concebidos o planeados para provocar un estado de terror en la población en general, en un grupo de personas o en determinadas personas que son injustificables en todas las circunstancias, cualesquiera que sean las consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o de cualquier otra índole que se hagan valer para justificarlos”. Dejando abierta la posibilidad a que un estado también puede ser considerado terrorista.
En el Perú se sigue discutiendo si fue “época del terrorismo, conflicto armado o guerra civil”, las décadas de 1980 a 2000, porque la legislación peruana, con respecto al terrorismo, ha sido un desastre. Desde el DL 46 de 1981, se han promulgado y modificado más de 40 decretos, casi todos fuera del Código Penal y del Código de Procedimientos Penales, llamando terrorismo a tipos penales abiertos y violando el principio de legalidad; tanto es así que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a señalado varias veces que la legislación antiterrorista peruana viola impunemente los derechos humanos; y la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) señala en su Informe Final que, cientos de ciudadanos inocentes, analfabetos y quechua hablantes fueron condenados injustamente, violándoseles todos sus derechos fundamentales.
¿Entonces por qué terruquear tan fácilmente?
Miremos un poco qué características tienen las regiones donde surgieron las manifestaciones duras y terribles:
En Apurímac la pobreza alcanza al 70% de la población, el 69% son quechua hablantes y el 13.8% mayores de 15 años son analfabetos; Cusco tiene distritos con hasta 97% de pobreza, en la región el 54.3% son quechua hablantes y el 12% son analfabetos; Puno 60% sufre la pobreza, el 42% son quechua hablantes mientras el 21% son aimara hablantes, y el 10.5% son analfabetos; y Ayacucho 34% padece la pobreza, el 64% de la región son quechua hablantes y el 32,7% son analfabetos.
En estas regiones, más del 80% eligieron a Pedro Castillo en primera vuelta como presidente, y a Dina Boluarte como vicepresidente. Sin embargo, desde antes de asumir la presidencia Castillo, fue objeto de burlas, desprecios, discriminación y racismo de parte de la prensa oligopólica, y la élite política mafiosa y neofascista: “fraude”, “no sabe hablar”, “usa sombrero”, “apesta”, “burro”, “terrorista”, “comunista”, “corrupto”, etc., violentando descaradamente los símbolos étnicos y culturales.
La Sra. Boluarte al asumir la presidencia vergonzosamente no ha cumplido sus promesas: organizar un referéndum para una Asamblea Constituyente, renunciar si vacaban a Castillo y evitar la muerte de cualquier ciudadano, hasta el momento hay más de 50 muertos y centenares de heridos por la represión armada, ordenada por ella; peor aún, está gobernando con quienes perdieron las elecciones y propiciaron la caída de Castillo.
Si es que el término puede ser usable. ¿Son terroristas los que manifiestan o el estado que pretende gobernar usando el terror?
La élite política neofascista, sostenida por los oligopolios, dueños del Perú, con el término “terroristas”, intentan esconder su desprecio, discriminación y racismo hacia los pueblos originarios, en lugar de promover el acceso a los derechos fundamentales de la población.
La Sra Boluarte obediente a los neofascistas, ha ordenado arrestar a los líderes sociales y buscar libros de Marx, Lenin y Stalin en sus casas, como en los peores tiempos de la dictadura fujimorista, en lugar de acoger sus reclamos.
Ya son más de 60 provincias con movimiento importante de protestas en todo el Perú y cientos de caravanas dirigiéndose a Lima y la Policía bloqueando las carreteras.
1) El camino más propicio para Boluarte es la renuncia; 2) igualmente para la mesa directiva del Congreso (cuya aprobación no llega ni al 8%, mientras su presidente José Williams Zapata es sindicado como el asesino de Accomarca, desde hace 23 años); 3) la elección de una Mesa Directiva que garantice la transición pacífica; y 4) la instalación de una Asamblea Constituyente, como lo está vislumbrando el 69% de la población peruana (IEP).