Tres dirigentes asháninkas han fallecido en defensa de la Selva Central en los últimos tres años. En 2021, la muerte de Estela Casancho enlutó al pueblo asháninka de Chanchamayo; en 2022 el asesinato de Ulices Rumiche ensombreció al pueblo nomatsiguenga de Pangoa y, finalmente este último sábado, el asesinado del líder asháninka Santiago Contoricón Antúnez, conocido defensor del territorio asháninka contra el avance del narcotráfico mostró nuevamente el peligro inminente al que se enfrentan los pueblos indígenas ante el incontrolable expansión del crimen organizado.
En una de sus últimas declaraciones a una radio local de Satipo, se oye a Santiago Contoricón enfatizando la importancia de reforzar la Comisión para el Desarrollo y Vida Sin Drogas (Devida) ante la situación crítica de los pueblos indígenas de río Ene y Río Tambo, que viven enfrentados a la inseguridad territorial, narcotráfico, terrorismo y anemia. La entrevista fue ofrecida luego de la reunión que sostuvieron las organizaciones indígenas con el premier Alberto Otárola en el contexto de la instalación de la mesa multisectorial para el desarrollo de los pueblos indígenas de Selva Central.
Como Infoandes.pe informó, el líder indígena fue asesinado dentro de su vivienda el último sábado 8 de abril, en la comunidad nativa de Puerto Ocopa en Río Tambo, provincia de Satipo. Este distrito colinda con Mazamari, Pangoa y Vizcatán del Ene, considerados también dentro del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), principal zona productora de hoja de coca con 32 mil 102 ha de cultivo y bastión de narcotraficantes y narcoterroristas.
JUNÍN, CUARTO PRODUCTOR DE COCA
Según el informe anual de Devida, Junín es el cuarto departamento a nivel nacional con mayor producción de hoja de coca con 1819 ha cultivadas hasta el 2021. El documento también precisa que Río Tambo es el distrito con mayor producción con 3585 ha, cantidad superior a la de Vizcatán del Ene, considerada como el corazón del Valle de la droga.
Según fuentes de Infoandes.pe, Santiago Contoricón formaba parte del Comité de Autodefensa de Puerto Ocopa, lugar identificado por la Fiscalía Especializada en Tráfico Ilícito de Drogas como la ruta fluvial de traslado de droga de Vizcatán y Río Tambo hacía Atalaya en Ucayali, lugar donde se han identificado gran cantidad de pistas de aterrizaje de avionetas que sacan cocaína de Perú con destino a otros países.
Solo en 2021, el Comité de Autodefensa de Río Tambo intervino un cargamento de 900 kilos de cocaína entre el 25 y 30 de octubre en la comunidad nativa de Otica. Esta droga fue hallada en pequeñas lanchas que se dirigían con actitud sospechosa hacia Atalaya, por lo que junto a los Sinchis de Mazamari y la presencia del fiscal José Malaverry Pinchi ,se procedió al decomiso de esta sustancia.
Estos hechos no son aislados pues según declaraciones del líder Fabián Antúnez ,el Ministerio del Interior habría tenido pleno conocimiento de las amenazas e invasión del narcotráfico en territorio asháninka, pero no tomó las medidas suficientes para proteger a la población, pese que en la zona donde ocurrió el asesinato hay una base de la Marina de Guerra del Perú.
Hoy, decenas de organizaciones como la Central Asháninka de Río Tambo, la Central Asháninka de Río Ene, la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú, la Federación Regional de Mujeres Indígenas Asháninkas, Nomatsiguengas y Kakintes, la Asociación Regional de Pueblos Indígenas de Selva Central y la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana, se suman al pedido de justicia y esclarecimiento de los hechos para dar con los responsables del crimen.