Junto con la tradicional feria del distrito de Sicaya, en el valle del Mantaro, ayer se reactivaron también las corridas en su plaza de toros con la participación obligada de 6 especímenes taurinos que sirvieron para el goce de los espectadores. Con ello, se abre nuevamente el debate de si esta actividad “tradicional” es un acto cultural o de tortura animal.
Para tristeza de un reducido número de activistas antitaurinos que se manifestó en exteriores de la plaza, la “fiesta taurina” tuvo buena acogida como se evidenció con los cientos de aficionados que, en compañía de niños, adquirieron sus boletos por el precio de S/80.00 para ellos, y S/40.00 para sus pequeños acompañantes desde los 5 años.
“¿Qué, no es penado?”, cuestionaban algunos curiosos que iban de paso y solo se detenían en la plaza para ver quiénes formaban parte del pequeño grupo con carteles de rojo predominante que gritaban “asesinos” y ocasionalmente hacían referencia a lo dañino que significaba llevar niños a tales eventos.
Aunque las corridas de toros ya están prohibidas por ley en muchos países, en Perú no es así, pese a que América Latina lidera la lista de regiones en la que más países han frenado esta práctica de manera parcial o total.
MÁS PLAZAS DE TOROS QUE ESTADIOS
En nuestro país, existen más de 200 plazas de toros, superando de lejos a los 80 estadios de fútbol que tenemos en todo el territorio, lo que deja la interrogante de si es que tenemos más hinchas futboleros o aficionados a la lidia, a causa de que no existe normativa que prohíba las corridas de toros.
Aunque existieron múltiples intentos de erradicar de nuestro país esta práctica, y que se logró solo para algunos animales domésticos, ninguna tuvo éxito y las corridas taurinas se permiten legalmente para alegría de los tantos que la justifican como una “tradición”.
Uno de los intentos más sonados de la comunidad antitaurina se dio en febrero del 2020, sin embargo, el Tribunal Constitucional de Perú se negó a proscribir las corridas de toros y las peleas de gallos, como pedían 5,286 ciudadanos en una demanda colectiva que buscaba eliminar el maltrato hacia estos animales.
Quizá, lo más cerca que tenemos a una normativa que regule los aspectos negativos de la tauromaquia es una sentencia del Juzgado Constitucional de Lima emitida en septiembre del 2021 que prohíbe la formación de niños toreros, pero, la otra parte del petitorio que era prohibir el ingreso de niños y adolescentes a estos espectáculos, fue declarada infundada. Este logro a medias les tomó a las demandantes más de 4 años.
¿SI NO MATAS AL TORO, NO ES MALTRATO?
La pretensión de conseguir una “ley salvadora” que prohíba el maltrato contra los toros en Perú, es compleja, ya que incluso en los países que ya han regulado la tauromaquia, las leyes no son absolutas, en unos, las corridas de toros están prohibidas en su totalidad, mientras que en otros, solo se prohíbe matar al toro.
Afortunadamente, para aquellos que no gozan con este espectáculo “tradicional”, aún existen y persisten en nuestro país ciudadanos que simpatizan con los ideales del pequeño grupo que hoy asistió a la plaza de toros para defender y compartir su convicción de que las corridas de toros “no son ni arte, ni cultura, es tortura”.
