Guadalupe Noelia Chihuan Hinostroza
Rony Esteban Monterroso Solís(*)
Vicente Fernández nos atenderá hoy en su consultorio dental. Es un huancaíno de 52 años que nos dejará la boca abierta. En sus tiempos libres, le gusta ponerse el sombrero mexicano y cantar canciones como “Estos celos” y “El rey”, las mismas que hicieron mundialmente famoso a su imitado: “El Chente”.
Pero hoy, será Christian Bernal, un odontólogo que imita al Rey de México, quien nos recibirá en su oficina. Su parecido es impresionante, aunque los diferencian 31 años. El “Chente”, según sus biógrafos, empezó a tararear a los seis años en su rancho, mientras que Christian al escuchar un disco ranchero que le regaló su hermana en el Día de la Madre. “Tienes una bonita voz, prepara una canción para la actuación de tu escuela”, le dijo. El intérprete tenía el talento innato, pero su madre se opuso. Dos de sus tíos se habían perdido en el camino de la música y no quería eso para su hijo, pero él empezó a cantar a escondidas de su madre. A sus 14 años, empezó a cambiarle la voz. Era el tiempo en el que escuchaba las canciones de Pedro Infante, Miguel Aceves Mejía y Jorge Negrete. Por eso, luego de varios inviernos, decidió trabajar en un grupo de mariachis, debutando con la canción “De qué manera te olvido” compuesta por “El charro de Huentilán”. Cristhian no tenía idea de quién interpretaba esta canción, mientras practicaba y memorizaba las letras, hasta que un cliente lo escuchó y le dijo: “Qué bonito cantas las canciones de Vicente Fernández”.
La vida de Christian no fue siempre una linda melodía. Terminó de estudiar una carrera técnica dental, vendía y compraba dólares para tener su propio grupo de mariachis, pero en el Gobierno de Alan García, la hiperinflación del Perú le dejó con una cantidad exorbitante de soles devaluados, perdiendo sus ahorros como muchos peruanos.
Tiempo después, Cristhian formó su grupo de mariachis “Águilas de Oro”, el tercero en formarse en la Ciudad Incontrastable. Su madre, al saber que estaba en estas andanzas, le advirtió: “Yo sé que en esta ciudad no hay odontología, pero tampoco quiero verte en los mariachis”, le dijo y lo obligó a irse a Ica, donde por influencia de sus 3 hermanos odontólogos, estudió en la Universidad San Luis Gonzales de Ica.
A los 19 años, se independizó y aprendió a vivir en un cuarto donde ingresaba una sola cama. Luego, con esfuerzo, logró alquilar una vivienda y, con más ahorros, adquirió un sillón de odontólogo. En este punto ocurrió la tragedia más melancólica de su vida. Las lluvias inundaron la casa y ésta se vino abajo, perdiendo gran parte de sus bienes. Lo que más le dolió fue que se echaran a perder sus trajes de mariachis e instrumentos musicales. Pese a la depresión, salió adelante con el apoyo de su madre. “Si tienes algún tropiezo debes salir adelante porque son pruebas que Dios te da para saber qué tan fuertes somos”, recuerda que le dijo su madre como si cantara una melodía conocida.
La música mexicana se oyó en el hogar de Cristhian desde niño, inspirándolo a fundar su primer grupo de mariachis en el sur cuando ya era joven. También inició la escritura de sus propias canciones. Luego de sus vivencias en Ica, Chiclayo y otras ciudades del Perú, retornó a Huancayo y formó la banda “Puro Sentimiento”. Cantaba sin contrato porque realmente estaba enfocado en su profesión de odontólogo, gracias a su cualidad en el ahorro y con ayuda de su novia, compraron bienes vinculados a su profesión. Un día del 2012, se animó a participar en el exitoso programa de imitación musical “Yo Soy”, imitando al “Chente”, pero fue rechazado en 4 oportunidades. Cuando al fin pudo hacerse escuchar, Christian logró obtener el dinero para construir su propia clínica privada.
Actualmente, canta en “Chente y la Real Orquesta” con 20 integrantes, interpretando “Para Siempre”, su canción favorita, a diferencia del Chente mexicano, que más bien prefiere “Lástima que seas ajena”. Ahora, el cantautor vive enamorado de su esposa desde hace 14 años y confiesa que se sintió dolido al enterarse de la partida de la gran estrella mexicana un 12 de diciembre del 2021. Ambos cantantes se volvieron famosos de diferentes maneras: uno al cantar temas exitosos a nivel mundial, y el otro al expresar esa misma emoción al subirse a un escenario, con esa voz potente, emotiva y a su vez melancólica, logrando quebrar hasta los más profundos sentimientos. “Por tu maldito amor”, “Volver, Volver”, “Acá entre nos”, entre otras siguen sonando a dos años de la muerte del Chente en la voz de Christian.
Hoy, el mariachi odontólogo tiene tres hijos, pero ninguno siguió los pasos de su padre en la música, a diferencia del Vicente mexicano que trasciende su linaje musical a través de su hijo, Alejandro. “Mi vida ha cambiado en muchas formas y eso me da mucho agrado, incluso a mi madre y a mis hermanos les cambié la idea de que la música no es mala para un ser humano, he demostrado que cuando uno trabaja con bastante empeño y responsabilidad, puede cumplir sus sueños”, dice Cristian y luego nos permite tomarle unas fotos en el Parque Constitución de Huancayo.
Aunque muchos conocen su faceta de cantante, otros lo valoran porque siempre recibe en su clínica con una sonrisa brillante. Sin duda, el “Charro mexicano”, sobrevive en su voz.
(*) Producto del curso de Periodismo Interpretativo de Estudiantes del IV Semestre de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional del Centro del Perú.
