El polvo de los años caminados, el solitario silencio de los sueños, las oscuras alas de la orfandad social conjugaron en sus manos obreras para dar luz a su creación poética.
Escrito por: MARCO SILVESTRE ESPÍRITU (*)
He aquí un gran poeta, cuya historia es, como su propia poesía, una crónica oculta e insurrecta. He aquí un hombre Xauxa, de cuya pluma, prorrumpen cóleras y pasiones. He aquí un revolucionario cuya arma es el verbo.
Proletario de basto y hacha. Comido de la yerba de la jalca, de los obscuros socavones, de los ladrillos y los caminos. Sus versos nos hablan de lucha, de esperanza, de alegría, de amor, de tristeza y de sueños.
Víctor Ladera Prieto, poeta trashumante y políglota, nace en Acolla-Jauja, el 5 de setiembre de 1932. Su formación académica fue limitada y esporádica, toda vez que su labor como obrero se lo impide, pero su trabajo y su espíritu andariego le enseñaron los tintes profundos y variados de la vida.
INICIOS POÉTICOS
Desde joven estuvo inmerso en la creación poética componiendo huaynos y mulizas. En esta época entabló amistad con Víctor Mazzi Trujillo, quien organizaba tertulias literarias para los obreros de Paucartambo (Cerro de Pasco). Éste le insta a conocer la poesía de Vallejo y le ayuda en sus inicios literarios. Fundan el grupo obrero “Libertad”.
Trabajando en las minas de Atacocha, ve de cerca la vida triste y dolorosa de los mineros; al pretender formar el sindicato de trabajadores, es expulsado. Sin embargo, esto no mengua su ánimo y se marcha a Lima donde trabaja en la Compañía de Aviación Fauccet. En 1956, forma el Grupo Intelectual Primero de Mayo junto a José Guerra, Víctor Mazzi, Leoncio Bueno y Carlos Loayza, brillantes intelectuales y obreros.
EXTRAVÍOS
Pero soñaba con ver más mundo, ampliar horizontes, conocer paisajes diferentes. A mediados de 1958, a bordo de un barco, pasajero de tercera clase parte a Europa. Allí enfrenta una angustiosa situación: un pan, un techo, un abrigo…
Vive un tiempo en el Hotel Wetter de París, donde comparte piso con Mario Vargas Llosa, Julio Ramón Ribeyro y Augusto Salazar Bondy. Asimismo, se relaciona con los poetas franceses Jaques Prevert y Louis Aragón, y con Pablo Picasso.
Trabaja en una organización de los estudiantes franceses, Ramasseur de Papier (recojo de papel). Visita muchas veces la tumba de Vallejo donde escribe un poema que publica en 1969, en una edición especial de la revista “Visión del Perú”.
Viaja a Alemania y luego a Cuba, donde trabaja al lado del “Che” Guevara, en el Ministerio de Industrias. Se enrumba en una nueva aventura por Bolivia, identificándose con la revolución de los hermanos Peredo por lo que el gobierno de Hugo Banzer le acusa de guerrillero, huye al Perú.
SOSIEGO
Hoy, fiel a su ideal: El artista debe contribuir a la transformación del mundo, a la superación del hombre, de la verdad y la justicia. Lejos de los halagos y aplausos, con su cabeza nívea, su acento ventoso y sus ochenta años, en su hogar humilde de El Tambo, junto a su vieja máquina de escribir aún continua en silencio, consignando, con amor y lucidez, la vida, la pasión y la victoria de la clase obrera.
(*) Publicado en Posdata, Suplemento Cultural N° 1, Año 1, pág. 1, 5 de febrero de 2013.